Lo primero que debe entender es que en el idioma original (griego) no hay signos de puntuación o espacios entre las palabras, y las letras son todas mayúsculas. Esa sería una lectura difícil incluso si se hiciera en inglés. Los traductores tuvieron que averiguar qué se decía exactamente o cuál era la intención del autor.

42 Y a Jesús le dijo: Acuérdate de mí llegues a reino.
43 Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.  Lucas 23:42-43

La respuesta de Jesús al ladrón parece decir que estaría con Jesús en el paraíso “hoy. Eso no puede ser correcto por más de una razón. Primero, dado que no hubo puntuación en el original, la coma después de “ellos” está en el lugar equivocado y debería estar después de “hoy. Esto altera la intención de la declaración como vemos aquí:
“Te digo hoy, estarás conmigo en el paraíso”
Trasladar la coma después de “hoy altera por completo el significado de la declaración para decir que el ladrón estará con él en el paraíso en algún momento en el futuro. Ese es el error gramatical que han cometido los traductores.

Yendo más allá en la profundidad de las Escrituras, vemos que Jesús se levantó temprano al tercer día. Jesús murió antes del atardecer el primer día y fue enterrado. Se quedó en la tumba el segundo día y no había resucitado de entre los muertos. las Escrituras nos dicen que predicó el evangelio a aquellos en el infierno (o la tumba) durante el segundo día, por lo que obviamente no estaba en el paraíso, entonces hay una segunda razón para que el ladrón no haya podido estar con Jesús “hoy.
40 días después de la muerte de Jesús ascendió al cielo … ese evento fue presenciado por sus discípulos. Se les dijo que fueran a esperar a Jerusalén hasta que recibieran el poder de arriba, que tuvo lugar el día del pentecostés.
La muerte de Jesús cumplió los requisitos de la ley para derramar sangre como sacrificio por el pecado. El ladrón murió en ese punto. Los tres murieron bajo la ley, Jesús y dos ladrones. un ladrón se arrepintió y aparentemente es perdonado, el otro no parecía. El ladrón no participó en el derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés.
Pablo escribió a la iglesia en Roma que “no hay justo, nadie.
Después de la muerte de Jesús, nadie podría ser salvo por obediencia a la ley. Si el ladrón tuviera la salvación por el perdón del pecado bajo la ley, ¡habría sido la última persona en tener esa posición, jamás!
Todos ahora, desde el día del pentecostés, deben obedecer la dirección de Pedro en Hechos 2: 38 para incluso comenzar a salvarse. El ladrón en la cruz no puede ser usado como una excusa para que cualquiera piense que es salvo por sentir pena por su pecado y creer que es perdonado. Eso es imposible ahora, ya que las dos dispensaciones no pueden ejecutarse juntas simultáneamente. O la Ley está en vigor o la gracia está disponible, no ambas.